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martes, 13 de octubre de 2020

Junio de 2010 - Karibu Mbudya kisiwa na Tinga Tinga

 

Desde Tanzania, en 2010, me dio tiempo a enviar sólo dos correos. Me llamaron para incorporarme a Ecuador y tuve que decidir si quedarme allí o no... pero los pocos días que pude observar sus paisajes y el día a día del que podría haber sido mi hogar se me quedaron grabados en la retina.

En junio hablo desde Dar es Salaam y en julio desde Kigona, en el interior del país. Dos correos, parte de una historia de vida...


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JUNIO

Karibu Mbudya kisiwa na Tinga Tinga = Bienvenid@ a la isla de Mbudya y a Tinga Tinga.

Esa frase de arriba no estoy segura de que esté bien, pero pretende ser un intento de suahili.

Ya casi una semana en Tanzania. De los primeros días, a mil en la oficina y encantada de salir y ver que estoy de nuevo en África.

Tras 4 días de trabajo he gastado 2 entre la isla de Mbudya (reserva natural a 15 minutos en lancha de Dar Es Salaam) y el mercado de arte Tinga Tinga, con artesanías coloridas donde las haya que no puedo comprarme porque no tengo mucho sitio en las maletas. Todavía no me las he deshecho desde que salí de Valencia... Y con un despiste de los míos: sin cámara de fotos! Como soy un poco pirata os paso dos imágenes sacadas del google para que os hagáis una idea de la isla de Mbudya, ya que he estado almorzando en las sombritas que aparecen en una de estas fotos. La próxima vez haré unas mías porque es una maravilla! Que bien vivo, no? ;-P. También os paso uno de los cuadros de arte Tinga Tinga, típico de aquí.


Todavía no he llegado a mi destino final, Kigoma, pero la parada de más de una semana en la capital me está permitiendo situarme, como dicen por aquí, “pole pole” (poco a poco) con el trabajo y el país, lo cual es mucho mejor, ¡no vaya a ser que con las prisas no entienda bien donde estoy!

JULIO

La vista del lago... está por todos los lados, pero una no se cansa. La vida aquí sería viajar al compound de Ngaranganza (compund se refiere al grupo de casas de trabajadores en los campamentos de refugiados de Congo y de Burundi) y descansar a la vuelta a Kigoma viendo la puesta de sol. Sería conocer más acerca de la llamada guerra del coltán del Congo, por la cual hay decenas de miles de personas aun hoy refugiadas en Tanzania y de las que ya nadie oye (si es que alguna vez lo ha hecho) - mirad sobre el coltán en Internet y para qué sirve, Congo es el primer productor del mundo -. Podría haber contado casos personales que sin ánimo de ser sensiblera tratarían de mostrar lo que no se ve. Quería escribiros sobre ello.

Hoy estoy mirando al Tanganyka. Ayer vi la puesta de sol con 8 personas, sin repetir la nacionalidad de ninguna de ellas pero con algo en común: siguen aquí porque esto engancha. Pero me queda poco… y a juzgar por lo que estoy conociendo y por como me siento aquí me daría la sensación de haber vivido una vida en Kigoma.

Os hubiera podido contar más en detalle que las personas albinas están perseguidas. Que a pesar de que se denuncia el tema aun a día de hoy siguen desapareciendo y no se investiga lo que hace la brujería (incluso a favor de algún político) con ellos. Y no es que aquí se trate peor a estas personas por ser algo más especiales que las otras. En otros lados, incluyendo por supuesto Europa, habrá casos siquiera más escalofriantes.

Pero a día de hoy os digo que ese ritmo de vida de la casa con jardín al compound no lo tendré. Me marcho por una buena razón… id escribiéndome que ya os contaré a quien no sepa… una brazo enorme desde mi última semana en Kigoma. Es increíble, creí que iba a pasar aquí un buen tiempo, pero estoy contenta del cambio.

Os mando algunas fotos de cómo son las cosas por aquí… solo unas pocas.

Abrazos

Raquel


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