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domingo, 13 de julio de 2014

La mayoría de las cosas pasan en un solo momento



Hace dos semanas me visualicé a mí misma en enero de este año, corriendo de acá para allá en los aeropuertos, agotada a veces y agitada normalmente. En enero, tras eso, busqué decrecer, algo que hago en estos momentos en el parque de Turó de la Peira, el de mi nuevo barrio en Barcelona, en el cual aprendo debajo de un árbol. Pero no conseguí desvincularme del todo de esa sensación, la sigo teniendo, todavía no puedo dejar de viajar ni sé si lo podré hacer. Si tengo la oportunidad, claro está.

Dicen que la gente que se mueve, como yo, como pez en el agua por los aeropuertos, pierde un poco de su esencia y tiene que dejar atrás muchas cosas. Puede ser, pero si algo tengo claro es que, aunque deje de moverme con la naturalidad que lo hago por la terminal, esa se sensación de seguir buscando algo, de estar en casa, no me abandonará nunca.

Hace poco he sentido eso en un vuelo Madrid – Barcelona, nada largo pero muy representativo para mí. Representativo de cómo combinar en mi vida lo pequeño con lo grande, lo simple con lo complejo, la necesidad de seguir adelante sin perder la esencia, para no sentirme fuera de este mundo.

Quizá esa sensación de hace dos semanas me ha llevado a seguir intentándolo un poco más, a no desistir, a creer en mi misma, a volver a cambiar. Hay decisiones que complican el camino, pero que al mismo tiempo permiten verlo claro. Esas son las que yo he tomado este año, y sigo avanzando, o al menos eso intento. Espero que el destino me lo permita y que mi atrevimiento no le parezca demasiado descarado a los astros.
¿Vida acomodadamente errante o estable pero no acomodada? Ambas es posible al mismo tiempo, hacer lo que creo que debo hacer es lo posible, eso es lo que cuenta.

En fin, que gracias a la terminal del aeropuerto y a esa sensación dentro de tres semanas volveré a viajar. Raquelicayni se emitirá desde fuera de mi mediterráneo de nuevo, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva. Atrás ha quedado, por ahora, la idea de escribir sobre lo que voy viendo en mi contexto, porque no es necesario salir para escribir. Eso va a llegar, seguro, ya que tengo la convicción de que lo pequeño también es grande, sobre todo con los cambios que me encuentro cuando llego a mi lugar de origen, pero no será en mi nueva publicación en este blog.