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domingo, 16 de diciembre de 2012

En lo que piensa una mientras escanea recuerdos...

Es en este momento en el que estoy leyendo lo que pasa en España, las movilizaciones e invisibilización, la gente en la calle y los oídos sordos en las cortes, cuando decido escribir desde este país en el que sigo y que se encuentra en otro momento distinto y más positivo... porque estoy lejos pero me siento cerca de la gente del lugar en el que crecí, y su día a día.

Y como quien ya me conoce sabe que pensando en esas cosas me entra añoranza de lo pasado, no triste sino positiva, de esa que recarga energías para seguir encontrando el sitio propio, pues me he puesto a escanear recuerdos, literalmente.

Digo esto porque hace un momento me encontraba escuchando una canción del 2000 y escaneando fotos del 2002. Y la cosa no para ahí. Cuando digo que tengo que meterme en la computadora todas mis fotos antiguas lo haré, aunque me cueste algunas tardes y varios cafés. Por eso, tras empezar con los años 2003 y 2002 seguiré yendo mucho más atrás, hasta la niñez, para escanearme todo aquello que alguna vez me hizo feliz antes de que la informática avanzara.

Esto es lo que tiene empezar a pensar en posibles cambios en mi vida, quizá a partir de mitad de 2013, no sé. Espero que pase lo que pase, tanto si esos cambios me llevan a otro lado como si me dejan aquí, este punto de inflexión me haga volver a reconocerme y reconoceros, aunque no os vea desde hace tiempo. Es curioso, hace poco más de un año tuve un pequeño momento de crisis y pensaba en cambiar cuando mi momento era estable en Ecuador. Mientras tanto, ahora que quizá se venga un camino, o quizá no, es cuando me gustaría quedarme en mi querida mitad del mundo. Así somos las personas, ¿no?

En fin, que esos detalles y momentos del 2002 son poco en la inmensidad del tiempo y del espacio, pero mucho en una vida. No hay que olvidar lo aprendido. Y si hay algo que no quisiera olvidar de lo que he aprendido hace poquito es un viaje al sur del sur que acabo de hacer hace un mes, un viaje a la Patagonia de este planeta, y por supuesto a Chile y Argentina.



La cosa comenzó en Santiago de Chile. ¿Mi idea general de la ciudad, capital del país? Ejemplo y experimento de cómo el sistema económico y la historia de América del Sur han convivido. Cuidad moderna y auténtica, al igual que su gente. Fusión de habitantes que llegaron y otros que se fueron, de compromiso con el cambio real hacia la mejora de toda la población y no solo en el discurso. Optimismo, lucha y aceptación de vivir en la vorágine de un contexto económico como el que está. Mucha integridad en un momento en el que todavía se reconoce lo propio y el hecho de que la gente puede hacer el cambio, aunque la sociedad empieza a parecerse a esas zonas del mundo que quedan más lejos que los países vecinos. Mezcla de Europa y Latinoamérica a niveles insospechados. América en estado puro, el "norte" y el "sur" en el sur. Bello lugar cuando llega el calor primaveral de noviembre.


Para no quedarme sólo con la idea de la ciudad, ya que como en todo lugar la capital no es el país, ¡por favor, no lo olvidemos esto lxs citadinxs! el viaje siguió a Temuco y de ahí al Lago Budi, territorio mapuche, lugar que les queda a lxs mapuches como propio. Resulta que hace más o menos sesenta años este lago no era como es hoy, sino mucho más pequeño, como una entrada del mar (está a pie del pacífico). Un tsunami (denominación asiática que hoy en día ya manejamos todo el mundo pero que en los años 50 del siglo pasado no se conocía ni en Chile ni en España) se comió parte de la costa y creó un bello lugar, eso sí, inundando casas, ganado y lo que encontró en su camino. Después de escuchar el significado de la cruz en el cultrún[1], pudimos escuchar dentro de la ruka[2] en la que nos alojábamos el sonido del mar y de un caballo que iba y venía, durante toda la noche.



¿Qué siguió? La isla de Chiloé y sus casas de parafina, de colores. La bruma, la lluvia, el frío en la calidez del océano helado... un paseo entre pescadorxs e historias de invunches, basiliscos y traucos[3]. Chiloé no podría ser lo que es sin su nieve y lluvia en estado natural, en medio de la modernidad pero alejada de las modas de la ciudad que le incitan a ofrecer ropa de verano en medio del viento y el frío, ¡tan bellos, tan únicos!


Pero la parte más conocida de la Patagonia no es esa sino la que está al otro lado de la frontera, del lado argentino, como Bariloche y San Martín de los Andes. Pronto llegó el mate con más asiduidad (en Chile lo toman pero en Argentina se siente más presente en las reuniones de dos o más personas), la nieve, las estaciones de esquí, las casas al más puro estilo alpino (de los Alpes, sí, no de los andes), las fábricas de chocolate, los lagos y los pingüinos que quedaban cerca pero que no nos dio tiempo a "bajar" para ver. Ciudades nuevas... Por ejemplo San Martín de los Andes fue fundada allá por 1910, según nos contaban en el bus turístico, pero no fue hasta los años 40 del siglo pasado que se pobló de gente que llegaba del centro Europa, la mayoría de la zona de los Alpes o cercana, ya que tras la segunda guerra mundial la Patagonia no era un mal lugar para elegir vivir, sobre todo si se había perdido la contienda.


El turismo ha seguido, la ruta de los siete lagos sigue siendo de los lugares más visitados en la Patagonia y sin embargo si se continúa el camino hasta Neuquén se notan esos cambios radicales de paisaje de las tierras próximas al polo sur. Allí en Neuquén hizo de nuevo calor y comimos rica carne, también probamos rica cerveza en esos lugares que siguen promocionando la cultura, la música y la venta callejera... ojalá no lo pierdan.

Y bueno, en fin, para no quedarnos, a nuestro regreso a Chile antes de volver a Ecuador, con la imagen de la capital del país como último recuerdo, tomamos la mejor decisión: Valparaíso. No hablaré de esta ciudad de la costa chilena porque mucho se ha escrito mejor de lo que yo lo podría hacer, y porque espero que quien me lea pueda alguna vez conocerla. Existen muchos lugares mágicos en este planeta y no voy a descubrirlos todos. Solo dejo una foto para que puedan investigar.



[1] El cultrún es un tambor ceremonial, el instrumento musical más importante de la cultura mapuche. Normalmente se le pinta el meli witran mapu (tierra de los cuatro lugares) o cruz mapuche. Según una interpretación, las cuatro demarcaciones que resultan de los brazos de la cruz son los puntos cardinales y determinan esa tierra de los cuatro lugares. Los cuatro signos de cada lado de la cruz representan al sol en los cuatro tiempos del año o estaciones y en las cuatro fases de un día: sol del amanecer, sol del mediodía, sol del crepúsculo y sol oscuro bajo la tierra. A cada esquina del mundo o punto cardinal se le asigna un elemento: el aire al Norte, el agua al Oeste, el fuego al Oriente y la tierra al Sur.

[2] Nombre de la vivienda habitual de los mapuches.


[3] Personajes de la mitología de de isla de Chiloé.