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domingo, 7 de febrero de 2016

Varios momentos, varias vidas


No podía comenzar una nueva etapa en Colombia sin tomarme un rato para sentarme y escribir sobre los varios momentos vividos al final de mi periodo mauritano. Se puede decir que he tenido una salida abrupta, muy lejos de lo que esperaba que fueran mis últimas semanas tras una fase de mi vida llena de riquezas y de encuentros con objetivos cumplidos…
 
Pero veamos tres momentos, por orden cronológico:
 

Momento "A)", lo que llamo la construcción de la desigualdad

Algo así como un mes y medio antes de salir de Nouakchott, me encontraba en pleno atasco en una de las varias rotondas del centro de la ciudad. Las diferencias entre etnias y grupos en el país también se ven ante el volante. Y además existen manifestaciones claras de construcciones culturales machistas, como la de darle paso siempre a una mujer de etnia mora mauritana* que conduce, solo por el hecho de ser mujer.

Podemos imaginar la cantidad de situaciones disparatadas que ello puede crear, y por supuesto la mayoría de ellas pasa por echarle la culpa a las “moras blancas” de cualquier situación rara en el tráfico, solo al verlas dentro del embotellamiento. Y por su lado estas mujeres no comprenden por qué hay gente que no respeta su prioridad que va ante todo y sobre todo. Esa prioridad que está por encima de la ley. En fin, que una cosa lleva a la otra.

Ese día, en esa rotonda, sin poder mover el coche ni un milímetro, no di paso a que una señora viniera en sentido contrario. Me siguió hasta casa en su coche, me amenazó y dijo que yo no respetaba nada.

Ante esos altibajos a causa del estrés se puede caer en la inercia de no ver qué hay debajo de la reacción de esta mujer. No le permití que gozara de los dos beneficios que tiene: El de su etnia y el que deriva de suponer que las mujeres no son iguales y por eso se les debe dejar pasar. Ambos bien difíciles de cambiar.

Sólo pude decirle que con ella no se puede hablar y entrar a casa. Solo eso.

No me gustó nada mi reacción porque presumo de ser socióloga y de tratar de comprender. Presumo de trabajar por la igualdad. ¿Qué hacer cuando por estrés hay situaciones que superan? Debí haberme tomado un tiempo para tratar de hablar con esta mujer, aunque sepa que hay costumbres tan enquistadas que solo se pueden conseguir avances hacia la igualdad comprendiéndolas, y trabajando varios años en la cultura que las da por buenas.

Espero no sonar muy condescendiente, pero no se me ocurre una mejor forma de comprendernos que tratando de hacerlo.
 

Momento "B)",  lo que llamo esperanza y a la vez injusticia

Y esa desigualdad hace también que sólo las mujeres deban ocuparse de los y las más pequeños. Como las del trabajo que he venido realizando.

Empezaré por el principio. La alimentación de los bebés y niños/as es un problema muy grave en muchas partes de Mauritania, desde hace tiempo, con épocas en las que el problema es menos dramático y otras que debido a las condiciones climatológicas todo se agrava. Además, las mujeres encuentran poco apoyo de la familia para cualquier tarea relacionada con los cuidados.
 
He trabajado un año y medio en coordinación con las estructuras de salud para asegurar que haya recursos, se reconozca este problema y atienda a todo el mundo, para tratar de evitar injusticias.

Por mi parte, no he solido pasarme mucho por los hospitales, pero como la zona de trabajo está lejos de Nouakchott (la región se llama Brakna y la capital Aleg), de repente, en uno de mis últimos sábados, me encontré con una llamada de urgencia. Había un bebé que ya había sido evacuado a la capital del país, pero ese día venían dos más. Y me sorprendí en un centro saturadísimo, buscando a la enfermera que acompaña a las madres para que los bebés no se murieran.

En la mayoría de los momentos que estuve esperando en el hospital sentí mucha impotencia por no saber hacer nada más… y por ser consciente de que, aunque pasara todo el tiempo del mundo en urgencias, siempre es mucho más útil para esos bebés que me quede quietita en mi despacho.
 
No obstante, a pesar de nuestros problemas de entendimiento por el idioma (ella solo hablaba árabe), el carácter y el buen humor de la enfermera fue lo mejor del día. Es algo que desde luego se me queda grabado. También es algo que ha quedado allí mientras yo estoy aquí. No sé si la vida me regalará otra tarde con ella. Lo dudo.

Uno de los tres bebés murió por complicaciones. Los otros dos volvieron a Brakna con sus madres y con la enfermera, varios días después.

 
Momento "C)", lo que llamo que las cosas realmente te toquen a ti

Pero no basta con vivir en un sitio, no basta con tener amistades que te cuentan la realidad, no basta con conocer sus problemas y ser empática. No. Para realmente saber por dónde andas debes vivir las cosas en primera persona, y me pasó.

Los problemas del corazón siempre suelen ser graves, pero si encuentran a un ser querido en un día en el que nadie trabaja, en un lugar con un sistema sanitario muy débil, y estás sola para ayudarle, entonces comprendes a la mujer del coche, a la enfermera, a las madres de los bebés, y reconoces por fin donde estás.

Un buen regalo que te puede dar la vida es que en medio de todo ese contexto te sientas bien tratada, y tu familiar bien atendido, y todo salga bien… Sí, que todo salga bien, y que las personas pongan en tu mano todo lo que les es posible... Definitivamente  sí, que todo salga bien porque por suerte puedes permitírtelo.

En ese momento y no en otro después del casi año y medio que he pasado en Mauritania, es en el que le di gracias a todo lo que se le puede dar, por haberme permitido vivir algo que no mucha gente tiene suerte de vivir. Y salir airosa.

Hoy es aquí, ayer fue allí, mañana no se sabe. Siempre será diciembre de 2015 en Nouakchott.
 
 
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* Etnias mauritanas de tez clara, algunas de las cuales tienen el poder de las instituciones gubernamentales y económicas. Por el contrario, las etnias mauritanas de tez oscura no tienen, por lo general, igual acceso a los espacios de poder.