Hoy ya son las 17:35 del día 54 tras la llegada de ella. Las
conexiones mentales cambian, los miedos cambian. Una amiga me dijo una vez que
fue a partir del nacimiento de su hija que le empezó a dar pánico montar en
avión, por si algo le pasaba, para que la niña no se quedara sola. Por mi
parte, trato de luchar contra mis fantasmas internos pero es complicado con
alguien que depende de una.
Hace como tres semanas estaba en urgencias de una clínica.
Simplemente el postparto se complicó por una infección unida a uno de esos
virus ambientales. Allí tuve un tiempo obligado para “recopilar” cómo inició mi embarazo y
cómo me encuentro a día de hoy, con la vida cambiada entre viaje y viaje. Sólo
tengo un corto periodo para reflexionar, luego volveré a mi rutina de
moverme de acá para allá, con otro matiz pero retomando las cosas de siempre.
Por eso es en este momento que resumo lo que mucha gente vive pero que cada persona
sentimos de una manera.
- Antes: No poder te deja mentalmente agotada,
así como el hecho de deber decidir el mejor momento en una vida inestable en
muchos sentidos. Ya decidido, por fin, no es como parece. En mi caso
tratamientos, engordar, mal humor una vez cada 28 días durante meses y meses,
no preocuparme más que por esto, a veces desesperación, a veces esperanza. Y un
entorno cercano nada comprensivo en algunos momentos (no olvidaré la frase de
una jefa del trabajo que no llegué a denunciar: ¡Ni se te ocurra embarazarte!).
Pruebas, lentitud, paciencia, mucha paciencia.
- Los primeros tres meses: Ya por fin el positivo
y llegan los altibajos de los que te hacen creer que estás un poco loca.
También los temores y alegrías, el mal cuerpo y los análisis sanguíneos totalmente
trastocados. Pastillas, médicos pero también amistades y familia. Organización
para el futuro, nervios y esperanza. Picores, nauseas, buen y mal
humor. También, como no, las primeras compras y con ellas las primeras cuentas,
unidas a un poquito de vértigo.
- Los tres de en medio: Comienza a cambiar todo. Los
picores se vuelven ronchas y los viajes más reducidos. Vienen calambres, viene
de todo. Con la ropa que no cabe una se siente más feliz. Se notan dolores pero las primeras
patadas hacen que todo se lleve mucho mejor. Es, como en todo momento, lo duro
unido a lo dulce, el dolor unido a la ternura. Como alguien del trabajo también
me dijo en este trimestre, “yo me lo he buscado”. Si, es cierto, pero no por
ello se debe dejar de compartir no solo lo bueno sino también lo malo, aún en
alguien como yo que lo esperaba tanto.
- El tercio del final: La dieta cambia y el
pincharse seis veces al día para medirse la glucosa se vuelve duro si se da el
caso de tener diabetes gestacional como yo, otras tendrán otra cosa. Una ya no aguanta el
cuerpo y las preocupaciones por el final llegan unidas a las ganas de que por
fin todo acabe. No dormir, ya no dormir. Molestias y más molestias. Y amor,
mucho amor, hasta que llega el momento y le ves.
- Y el post: Se suele contar muy poco de la madre
en el postparto, pero si se indaga se encuentran casos de todo tipo:
incontinencia y problemas variados en el baño, infecciones, depresión por
no poder lactar bien, excesiva responsabilidad volcada en la madre por presiones varias, dolor en los
pechos... entre otras cosas. En mi caso, aunque vivo esto muy bien acompañada, puedo comer sushi y jamón, correr
la maratón si quiero y cuidar a mi gatita, esta etapa ha sido más dura que el
embarazo.
No nos vamos a engañar. Esto no es un lecho de rosas y no se
es mala madre por decirlo. La dulce espera puede ser la ardua espera y aunque casi
siempre sale todo bien después y las personas tengamos la capacidad de olvidar
lo malo, he querido escribir este resumen antes de ello, para
recordar a todas las mujeres que pasan por esto sin cesar, y deseando que el mundo reconozca
y ponga por fin a cada quien en su lugar. Y dicho sea de paso, no puedo ser más feliz.
Raquelicayni seguirá publicando lo que ve, allá donde esté,
pero en este preciso momento todo lo que estoy viendo es su cara, eso es lo que
veo. La aventura seguirá luego, siempre con ella.
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