Lo debo, es el momento de devolver todo aquello que he
aprendido en mi última etapa.
Gracias. Shukran. Merci.
No se me ocurre qué más decir. Esta publicación, este "ayni" de "raquelicayni", no va para otro lugar que no sea el Sahara y su gente. No me he ido, no conseguiré irme del todo:
3.- Tres son el número de tés que se preparan en una tanda, aprovechando las mismas hojas de té. Se pone la infusión en una pequeña tetera y se rellena tres veces. Algo con mucho significado, más del que puedo interpretar porque no pasé tanto tiempo allí como para conocer todos los signos de cada pequeño gesto o vaso. El primer té es amargo como la vida, el segundo es dulce como el amor, el tercero es suave como la muerte.
Gracias. Shukran. Merci.
No se me ocurre qué más decir. Esta publicación, este "ayni" de "raquelicayni", no va para otro lugar que no sea el Sahara y su gente. No me he ido, no conseguiré irme del todo:
Treinta y nueve números en ocho meses…
1.- Primera es la vez que escribo algo sobre el Sahara Occidental diciendo lo que ha significado para mí conocer su contexto. Hay algo allí que
me sigue en la distancia. La energía es tan fuerte que acompaña allá donde vaya.
No voy a luchar contra ellas sino que voy a hacer un esfuerzo por no olvidar.
2.- Dos son los ojos con los que me ves aunque no estés. Sé
que el día de tu muerte está grabado en tu espalda y nada se puede hacer contra
ello, pero el destino no puede ser tan injusto. Creo o más bien espero que diga
que nos encontraremos antes de que eso pase.3.- Tres son el número de tés que se preparan en una tanda, aprovechando las mismas hojas de té. Se pone la infusión en una pequeña tetera y se rellena tres veces. Algo con mucho significado, más del que puedo interpretar porque no pasé tanto tiempo allí como para conocer todos los signos de cada pequeño gesto o vaso. El primer té es amargo como la vida, el segundo es dulce como el amor, el tercero es suave como la muerte.
4.- Recibí cuatro turbantes de colores
en mi última noche. Esto no pasa solo allí, pero algo tan simple como cuatro
turbantes a combinar con mis camisas o jerséis me harán no olvidar su lucha de
vida y me permitirán pensar que quiero conocer más sobre su significado.
5.- Las wilayas que hay en los campamentos de personas
refugiadas saharauis que se encuentran en Argelia son cinco a día de hoy:
Bujador, Smara, El Aaiun, Ausserd y la más lejana, Dajla. Cada wilaya se
organiza en dairas y estas en barrios, donde siempre hay una jefatura de
barrio. Un lugar realmente organizado. Además, hay un centro administrativo que es Rabuni, donde
se encuentran el mercado más grande o "marsa", la base de
Naciones Unidas, el lugar donde dormimos la mayoría de lxs extranjerxs (se llama
protocolo), etc.
6.- Seis fueron los viajes Argel-Tinduf-Argel que tuve que hacer para bajar de vez en cuando a trabajar al Sahara. Todos ellos largos y con anécdotas que contar, pero eso ya sería otra historia. Tinduf es la última ciudad de Argelia, que está militarizada y desde la cual se entra con escoltas a los campamentos de refugiadxs, pasando el control de frontera como quien entra a otra nación, es como una nación dentro de otra.
6.- Seis fueron los viajes Argel-Tinduf-Argel que tuve que hacer para bajar de vez en cuando a trabajar al Sahara. Todos ellos largos y con anécdotas que contar, pero eso ya sería otra historia. Tinduf es la última ciudad de Argelia, que está militarizada y desde la cual se entra con escoltas a los campamentos de refugiadxs, pasando el control de frontera como quien entra a otra nación, es como una nación dentro de otra.
7.- He visitado siete casas diferentes en el Sahara, siete
jaimas, siete familias a cuál de ellas más hospitalaria. Eso es lo mejor que
tienen y la forma en que llegas a quererles al llegar. A partir de ahí
empiezas a conocer un poco más.
8.- Ocho es el número de meses que ha durado mi estancia.
Poco para profundizar, mucho en relación a lo que sería haber estado en
cualquier otro lado.
9.- Nueve son el número de reuniones en los Ministerios de
la RASD que tuve. En algunas me recordaban que yo era española, y lo que había
sido la historia de España con el Sahara, tanto la antigua como la actual. Pude
haber nacido en cualquier otro lado, pero me ha tocado en Elda, al
menos en esta vida. Lo único que puedo ofrecer es estar ahí en ese momento.
10.- Diez es la nota que le daría, según el mínimo de cero y
máximo de diez que es lo que yo recibía cuando estudiaba, a quienes pudiendo
elegir estar en otro lugar para vivir deciden quedarse allí o
volver de donde estaban.
11.- Y llegamos al once, que es el número de publicaciones que
leí antes de llegar allí para saber que el Sahara Occidental se divide a día de
hoy entre los campamentos en Argelia, los territorios gobernados por Marruecos, los territorios de la RASD (un pequeño trozo del desierto) y la diáspora saharaui.
12.- Aproximadamente doce por diez mil, o sea ciento veinte
mil, es el número de personas refugiadas que las autoridades saharauis manejan.
Este cálculo es distinto del que hace Naciones Unidas. Lo más importante es que estas
personas no tengan que permanecer ahí.
13.- Trece son los años que llevan esperando el referéndum
para el cual se instaló la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el
referéndum de Sahara Occidental) en Tinduf. Concretamente desde el año 1992. Ha
habido intentos fallidos y todo está parado y enquistado, no hay un censo
fiable ni interés real porque lo haya, por parte de casi nadie.
14.- El número de ONG españolas que he contado que
residíamos en el protocolo de Rabuni asciende a catorce. Esto puede cambiar en algunas
épocas del año, con misiones de voluntariarixs o médicxs que sirven para crear
más vínculo con España y otros países. Menos olvido.
15.- Quince son los kilómetros que he andado por el
desierto, según mis cálculos globales, en los paseos justo antes del toque de
queda en los alrededores del protocolo. Paseos con el viento del desierto de
frente o de espaldas, nunca sola, paseos al atardecer, entre el cementerio de
camellos y las piedras de la hammada, paseos entre relatos de la realidad, caminando
con un pie tras otro, como en cualquier otro lado.
16.- Dieciséis son las sesiones de trabajo que he dedicado a
escribir esto, en las que he tratado de leer un poco pero sobre todo he tratado
de plasmar más mi visión que números exactos. Pido disculpas por si alguno de
los treinta y nueve números tiene algún error de cálculo numérico o no
numérico.
17.- Diecisiete son las veces que he pensado que no
quiero desvincularme del Sahara, una por cada noche que he pasado desde que
terminé mi periodo allí hasta que escribí este número de esta lista.
18.- Los dieciocho años son las mayoría de edad, como en
España, ya que el Sahara Occidental era el antiguo Sahara español. A esa edad toda persona que viva en los
campamentos podría iniciar el trámite para tener un pasaporte argelino o de cualquier otro país si le dan el permiso, quiere y puede. El resto, quien no
lo hace, la gran mayoría, es apátrida.
19.- A las 19 horas es el toque de queda. Terminaba mi trabajo
en la oficina a las 17 horas, a veces un poco más tarde, pero los últimos días
fueron especiales porque de 17 a 19 me iba a caminar o a tomar los tres tés. Es
en momentos como esos en los que he conocido verdaderamente algo del Sahara.
Solo algo, me queda mucho. Si la situación de seguridad me lo hubiera
permitido toda esa información me habría servido para hacer una tesis doctoral tras mi carrera de sociología.
Sociedad musulmana especial... cultura tan interesante que espero que esta
situación no le haga perder o mudar tanto que ya no sepan lo que es propio,
como se ve en otros lados del mundo, incluido el mío.
20.- Veinte son los módulos del protocolo destinado a las
viviendas de las personas cooperantes. Se dividen en dos pasillos: A uno se le
llama el "viejo" y a otro se le llama el "nuevo". Ahí pasaba las noches
mirando las estrellas, cuando no había siroco que me lo impidiera, claro.
21.- Son veintiuna las veces que revolví papeles y contactos
para buscar un dato que me dijera dónde podía estar una persona que debía darme
algo y que se había ido a territorios ocupados. Nunca más podría volver a
verla mientras estuviera en los campamentos de refugiadxs.
22.- Veintidós por ciento es el porcentaje aproximado de
personas saharauis que aun hablan español en el Sahara, según cifras del
Instituto Cervantes a las que he podido tener acceso por internet. Muchas de
ellas son de la generación de mis padres y tenían su DNI del Sahara Español,
otras son jóvenes y quieren o tienen que aprenderlo.
23.- Sólo llegué a saber veintitrés palabras en hasanía, según lo que apunté en mi libreta que llevo en el bolso. Fueron
los números, los días de la semana… lo que buenamente pude con el contexto en
el que estaba, pero realmente me arrepiento de no haber aprendido más.
24.- Veinticuatro es aproximadamente el número de niñxs que tenía
alrededor mío en ese día de julio en que mi avión se retrasó para que ellxs,
que participan en el programa "Vacaciones en paz" pudieran venir en un vuelo
comercial en lugar del chárter en el que normalmente se suben. Son menos de los que viajaban antes. Yo estaba la sala
de pre-embarque llena, todxs estaban nerviosxs y quería hablar conmigo en
español, mientras esperaban encontrar a sus familias. Aunque yo hubiera querido ir a la mía y no hacerles caso no habría
tenido la oportunidad. Fue uno de los momentos más tiernos…
25.- Y veinticinco es el número aproximado de kilómetros que
separan Tinduf de Rabuni. Como dije, Tinduf es la última ciudad de Argelia
antes de entrar en los campamentos. Como está militarizada nunca llegué a salir
del coche cuando pasaba por sus calles, excepto para algún trámite.
26.- Lloré veintiséis días por irme, esperando poder
liberarme de la pena para poder escribir esto como hago hoy.
27.- Si alguien quiere ir por tierra desde Argel hasta
Tinduf, veintisiete son las horas que debe pasar en su automóvil. Verá mar,
montañas del Atlas, un desierto de dunas y otro de tierra y piedras… verá
hermosa gente… nómada. Y si tiene suerte notará
eso que sólo África sabe dar.
28.- Veintiocho por cien, o sea, casi dos mil ochocientos,
exactamente 2.720, según he leído, es lo que mide el muro que separa los
territorios liberados de los territorios gobernados de
facto por Marruecos. Es el muro más largo del mundo construido por el ser humano a día de hoy.
29.- El 29/12/2013 leí una noticia en El País. Decía "Carta
a los Reyes Magos desde el Sahara". Me pareció llamativo el título, ya que
para mí representaba cómo culturalmente influimos y seguimos influyendo desde
España. La leí. Cada vez hay menos noticias en los medios de comunicación.
30.- Fue el día 30 de un mes de junio el momento en el que
pisaba por primera vez Rabuni. Era por la noche. Las estrellas estaban allá
arriba como casi siempre. Hacía calor. Lo que sentía por la oportunidad de
estar allí… eso… es tan íntimo que me lo guardaré yo.
31.- Treinta y un días duró el ramadán que vi, en el que
además se trabajó en el desierto mucho más de lo que se trabaja fuera de este
periodo, aun teniendo en cuenta las condiciones extremas de clima y temperatura
que se viven. Cerca del mes de septiembre de 2013 oí que un grupo de expertos
iba a llegar de la Meca a los campamentos para determinar si este lugar estaría
exento en el futuro de seguir este pilar del Islam durante los meses de verano,
no sé en qué quedó la cosa. En todo caso esta experiencia en ramadán, como
tantas otras durante esos meses, me han permitido analizar mejor las cosas.
32.- Creo que son aproximadamente treinta y dos el número de
dairas que existen en los campamentos del Sahara, ya que el número ha variado hace poco. Dentro de ellas, la mujer
tiene un papel importante. Muchas son jefas de barrio y/o jefas de daira,
incluso tienen su hueco en el mundo militar. Me ha sorprendido gratamente ver
esto, tanto que publiqué un artículo al respecto. Esperemos que no vaya a menos
el papel que juegan, ya que desgraciadamente los derechos adquiridos por la mujeres
en un momento dado y en un contexto concreto pueden volver a perderse allí y en todo lado.
33.- Treinta y tres SD es el modelo de una marca que empieza
por "n" y que se utiliza para la caravana solidaria con ayuda desde Europa.
Este tipo de vehículos resisten las condiciones del desierto. Los alimentos y otros
bienes llegan a destino, sí, pero pueden perderse si no se analiza bien lo que
se envía. Estas acciones son muy positivas, deben seguir haciéndose, por
supuesto, pero la idea es que algún día se terminen y que el esfuerzo sirva.
34.- Treinta y cuatro años. Esa es la edad con la que podido
conocer todo lo que cuento. No la olvidaré.
35.- Treinta y cinco es la edad con la que me he ido. Dicen
que en el Sahara cada periodo vale el doble, cada experiencia vale el doble,
para mí incluso ha valido más.
36.- "36" eran parte de los dígitos de la cuenta bancaria
a la que podía llegar el dinero para ayudar en una tragedia que sucedió en otro
lugar alejado del mapa, cuando yo estaba en ese huequito diferente del mundo. En ese momento toda la ayuda
internacional se volcó a aquel desastre natural. Cuando estás en un lugar casi olvidado te quedas con la sensación de no saber bien lo
que debes hacer ni lo que está mejor. La ayuda que llega al Sahara se reduce y la que ha llegado ha creado
desigualdades como en casi todas las partes del mundo en las que las personas se
organizan en sociedad ¿Por qué seremos así? ¿Qué nos llevará a las personas a querer
acumular más allá de lo que necesitamos?
37.- Son treinta y siete las veces que he pensado antes de
publicar esto, porque no quiero sonar a lo de siempre. Lo que quiero es aportar a
un cambio de miras como el que yo he sentido, compartir información.
38.- El número treinta y ocho es el que más me ha
costado completar porque al hacer este listado me he dado cuenta que desde
diciembre pasado que pensé en redactarlo ha pasado un año más. Ya no son
treinta y ocho sino treinta y nueve.
39.- Treinta y nueve son los años que en 2014 llevan
resistiendo las personas que viven en los campamentos saharauis. Treinta y
nueve. Y contando. Ellas y ellos son los últimxs españolxs del desierto.
Gracias a su lucha de vida enfoco la mía a ser quien quiero ser. No voy a
querer cambiar. El destino y la vida me han puesto en ese lugar en ese momento,
cuando más lo necesitaba.